CONCLUSIÓN
Esta investigación sobre el Gran Incendio de Londres de 1666 nos permitió comprender la magnitud de un acontecimiento que no solo destruyó gran parte de la ciudad, sino que también marcó un antes y un después en la historia del urbanismo moderno.
Analizar el trazado previo, sus calles estrechas y desorganizadas, y compararlo con las propuestas y cambios que surgieron después del incendio, nos ayuda a entender cómo la catástrofe impulsó nuevos modelos de planificación urbana, construcción y normativas, como la apariciòn del plan de Christopher Wen, el uso de piedra y tipologìas de residencias preestablecidas por ley. A través del análisis de las propuestas posteriores al desastre, observamos cómo el lenguaje arquitectónico y urbano evolucionó no solo como respuesta funcional, sino también como manifestación de nuevas ideas sobre la ciudad. Se tiene en cuenta la permanencia de los materiales y aparecen nuevas formas en el lenguaje de la arquitectura ya que el uso de la piedra permite por ejemplo otro tipo de talladura en ella. Fue un momento clave donde la arquitectura dejó de ser solo construcción para convertirse en una estrategia integral de recuperación y proyección a futuro.
BIBLIOGRAFÍA
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