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INTRODUCCIÓN

¿Cómo puede un desastre urbano convertirse en una oportunidad para repensar y reconstruir una ciudad de manera más justa, segura y eficiente?

(...) “Una Europa sin historia sería huérfana y desdichada. Porque el hoy procede del ayer, y el mañana surge del hoy. La memoria del pasado no debe paralizar el presente, sino ayudarle a que sea distinto en la fidelidad, y nuevo en el progreso.” (...)
                                                                                                                Benevolo, Leonardo (1993). La ciudad Europea.

El Gran Incendio de Londres comenzó en la madrugada del 2 de septiembre de 1666, en la panadería de Thomas Farriner, ubicada en Pudding Lane. En cuestión de horas, las llamas se propagaron rápidamente debido a la estrechez de las calles, la sequía que azotaba la ciudad y el uso extensivo de madera en las construcciones. Este evento, aunque devastador, marcó un antes y un después en la historia urbana de Londres.

Antes del incendio, la ciudad presentaba características medievales: calles angostas, una trama urbana desorganizada y construcciones precarias donde predominaban la madera y el hacinamiento. Este período previo

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1666. Algunos huyen, otros observan cómo el Gran Incendio de Londres arrasa la ciudad. (Foto de Hulton Archive/Getty Images)

—que denominamos pre-incendio— se extiende desde la Edad Media hasta mediados del siglo XVII. Las condiciones sociales también reflejaban una fuerte desigualdad, con clases populares viviendo en condiciones insalubres y sin infraestructura adecuada. Tras el incendio —en el post-incendio— Londres fue reconstruida con una nueva mirada. Se adoptaron materiales más resistentes al fuego como el ladrillo y la piedra, se implementaron normativas edilicias más estrictas, y se reorganizó la trama urbana con calles más anchas, espacios públicos y una distribución más racional. Esta transformación no solo fue material, sino también conceptual: se empezó a pensar en una ciudad más segura, moderna y habitable. La sociedad también experimentó cambios; si bien las clases sociales no desaparecieron, se mejoraron muchas condiciones de vida, especialmente en términos de salubridad y seguridad.

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Este suceso es clave porque permitió repensar la ciudad no como algo estático, sino como un sistema capaz de aprender de sus errores. La reconstrucción de Londres se convirtió en un ejemplo paradigmático de cómo un desastre puede funcionar como una oportunidad para el cambio, influyendo en futuras estrategias urbanas tanto dentro como fuera de Inglaterra.

Este trabajo se organiza como un mosaico temático, donde cada sección aporta una pieza para comprender el todo. A lo largo del recorrido, se introducen conceptos fundamentales como la relación entre catástrofe y transformación, el rol de la planificación urbana, la evolución de las clases sociales y los cambios materiales que definieron una nueva forma de habitar la ciudad. Por eso, se recomienda una lectura secuencial, para que cada parte dialogue con la anterior y construya una mirada integral.

Arriba, una ilustración de Londres antes del incendio, y abajo, una posterior. Museo de Londres

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