ESPACIOS PÚBLICOS POST-INCENDIO

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Este nuevo orden favoreció la aparición de espacios más amplios y transitables, permitiendo que ciertas zonas comenzaran a funcionar como áreas públicas de circulación y encuentro. Aunque no se diseñaron muchas plazas nuevas de inmediato, se consolidaron y valorizaron espacios preexistentes, como Covent Garden. Esta plaza, construida antes del incendio por Inigo Jones en 1630, se convirtió en un modelo de espacio público moderno en la ciudad reconstruida. Su disposición rectangular, rodeada de galerías porticadas e inspirada en plazas italianas, representó un cambio respecto a la estructura medieval de Londres. Tras el incendio, Covent Garden continuó siendo un punto clave de la vida urbana, y su tipología influyó en los nuevos desarrollos urbanos.
Los mercados al aire libre también adquirieron una mayor relevancia como espacios públicos tras el incendio. Lugares como Covent Garden, Smithfield o Leadenhall Market comenzaron a consolidarse como centros neurálgicos de la vida social y económica, funcionando no solo como zonas de intercambio comercial, sino también como espacios de reunión y circulación.
Por otro lado, las iglesias reconstruidas —muchas de ellas diseñadas por el propio Wren— se diseñaron con atrios y explanadas abiertas que permitían la congregación de

personas, cumpliendo también una función social dentro del tejido urbano. Un ejemplo destacado es la Catedral de San Pablo, cuyo entorno abierto funcionó como espacio público simbólico y funcional. Aunque la introducción de paseos, parques y plazas-jardín no fue inmediata, el proceso iniciado tras el incendio abrió paso a una evolución paulatina del espacio público en Londres, que se consolidaría en los siglos XVIII y XIX con el diseño de plazas como Russell Square o Bedford Square.

Bloomsbury (Southampton) Square, vista desde el sur, hacia la mansión londinense de Lord Southampton y más allá, al fondo, las dos colinas gemelas de Hampstead y Highgate, una perspectiva muy solicitada. La plaza aparece con sus caracterlsticas originales de espacio abierto, sin ajardinar, usual de las plazas de Londres en los siglos XVII y XVIII; los magnificas plátanos de Bloomsbury Square (que aún sobreviven) fueron plantados mucho más tarde. La hilera de casas adosadas del lado este (a la derecha) ha sido sustituida por un monstruo edificio comercial; el lado occidental conserva su escala original al igual que el lado norte, que fue la última de las terraces en realizarse. reemplazando a la mansión hacia 1800.
Russell Square. en la cual Southampton Row (arriba a la derecha) formaba el lado meridional, no se construyó hasta la década de 1830.
Bloomsbury (Southampton) Square, vista desde el sur.
Si bien el Londres post-incendio no se transformó de forma radical en cuanto a la cantidad o escala de sus espacios públicos, sí se sentaron las bases para una ciudad más ordenada, higiénica y funcional. Los espacios abiertos, los mercados y los atrios comenzaron a ser comprendidos no solo como espacios residuales, sino como piezas clave de la vida urbana.